Creo que uno de los problemas básicos de la educación contemporánea recae en la innecesaria alteración de la jerarquía familiar. Está fuera de lugar y nos confunde.
Como bien dice la filosofía de las constelaciones familiares, la familia es un sistema y para que el sistema funcione correctamente, hay que respetar su orden.
Así pues, los hijos están en todo el derecho de pedir a los padres lo que les convenga y los padres en la obligación de atender las demandas de los hijos.
Por el contrario, los padres NO están en el derecho de pedir NADA a los hijos. Y los hijos tampoco a ser condescendientes con las demandas de los padres.
La posición de padres no consiste en PEDIR sino en MANDAR. Y la de los hijos NO consiste en OTORGAR sino en OBEDECER.
Esto es lo que conviene al sistema y lo que se espera de los unos y los otros.
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