Anna Pujabet

La frase del título era una orden imperativa y recurrente en los momentos estresantes que utilizaba mi madre cuando yo era pequeña.
Quería decir que ya no había más a discutir o utilizando sus propias palabras, era un rotundo: – se acabó la comedia.
Muy creativa mi madre ahora que caigo. 🙂

La cuestión es que ahora de mayor, he descubierto que «callar la boca» puede ser muy útil.
Ya que estamos, tiraremos de la sabiduría popular y haremos un max-mix con aquello de: Un silencio / un gesto vale más que mil palabras.

Especialmente con los niños que no tienen ni idea de lo que queremos decir con la mitad de cosas que decimos. (Yo todavía hago suposiciones con a que se refería con lo de «la comedia» exactamente)

Lenguaje corporal.
– El más efectivo, sobre todo, con los niños- Universal lenguaje de comunicación que olvidamos cuando nos parece que dominamos el verbal.

¿Queréis examinaros de lenguaje corporal?
Os propongo UNA HORA sin palabras.
Con vuestros hijos, en un rato de rutina, en cualquier momento de vuestro hacer cotidiano con ellos.

Observad cómo hacen.
Observaros como hacéis.
Descubre que tal comunicadores sois y re.aprended a saber decir cuando no decís NADA.

Al principio de hacer esto que hago una madre contactó conmigo por mail.

Tenía un hijo que sufría una extraña enfermedad de nacimiento que a pesar de que le había permitido superar los 6 años ya no se le auguraba muchos mejores pronósticos.

Ella lo tenía asumido.

Quería que le ayudadara a hacer entender al niño lo que le iba a pasar. A que aceptara su propia muerte a través de las respuestas a sus dispares, inocentes e inquietantes preguntas

Conversamos largamente, muchos días. No hace falta que os diga lo que supuso para mí: De las relaciones más íntimas, empáticas y duras que he tenido con alguien y sin conocerlo en persona.

Sabéis que aprendí? Sobre todo, mis grandes limitaciones al respecto.

Hasta que la conocí a ella, creía que este tipo de «desgracias» eran ajenas a mi.Com si hubiera olvidado que esta era una suerte a la que estamos condenados todos. » Continuar leyendo «

Una de las adicciones más complejas y difíciles de tratar es aquella que las PERSONAS tenemos a otras PERSONAS y estas innecesarias necesidades las construimos en la infancia.

Algunos adultos encontramos en los hijos la solución para llenar nuestros propios vacíos emocionales y los utilizamos sin pararnos a pensar ni un segundo en las consecuencias. Porque nos hace falta y porque está bien visto. Universal es la frase: » Continuar leyendo «

Bajo una situación de estrés podemos llegar a comportarnos con los niños de una manera que después lamentaremos.
Este sentimiento de CULPA posterior, es muy probable que nos lleve a compensarlos.
Pensad: PREMIAR a los hijos por un «MAL» comportamiento de los padres ¿Como puede interpretarse en su subconsciente? » Continuar leyendo «

(charla Ateneu. 15 de abril 2015)

NO nacemos con el instinto de cuidar de nuestros hijos, lo aprendemos.
¿Ves? en eso somos semejantes a algunos de nuestros parientes lejanos, los orangutanes ( *adjunto un caso concreto para los curiosos que quieran investigar, pero !! hay más !!)

Entonces, ¿somos una raza inútil? ¿No tenemos instinto de supervivencia?
!Siii! Si que lo tenemos.
El verdadero instinto de supervivencia de nuestra especie recae en la sociabilidad. Somos un animal SOCIAL. » Continuar leyendo «

A compartir se aprende.
Disfrutar compartiendo es un signo de madurez. ¿Porque? Porque no nacemos con esta actitud incorporada. La tenemos que aprender.

No. No tenemos innato este comportamiento. Y no lo tenemos porque no nos sirve para nada (de forma irracional, claro). El instinto de supervivencia más bien nos propone todo lo contrario, he aquí porque (de entrada) nos hace más feliz quitar que dar.

Tener, es sinónimo de riqueza, poder, seguridad. Lo contrario es antónimo, nos empobrece y nos desprotege. » Continuar leyendo «

Todos los hombres tienen la capacidad de ser padres (algunos de ellos, incluso sin saberlo), pero solo unos pocos lo son de verdad.
Enhorabuena a estos escogidos.
En especial, a todos aquellos que encuentran en sus hijos la mejor escusa para volver a ser un niño.

A veces hace falta una mano. Y a veces, hace tanta falta que no importa de quien sea, mientras esté.

Uno tiene que aprender (pequeños y grandes) a caminar sólo con las propias manos, pero si en un momento dado tambaleas es  humano apoyarte. » Continuar leyendo «

Cuidado con «los silencios» de los niños.

Pueden traer consecuencias «muy difíciles» de eliminar.

Nunca subestimen las capacidades de un niño.
Por lo general, superan con creces a las de los adultos.