Sobre la psicología inversa y los niños, permitirme añadir algo más relacionado.
Cuando era muy joven estuve presente en una conversación que me dejó perpleja. No tanto por lo que se dijo que apenas comprendía, sino por como se resolvió.
Mi padre discutía unos trabajos de albañilería con el señor responsable de dichas tareas. Incluso yo me di cuenta de que hacia largo rato que se daba vueltas sobre lo mismo una y otra vez y que eso presentaba pocas esperanzas de ningún acuerdo. Ahí estaban los dos enfurruñados cuando, de repente el hombre, se puso en pié y dijo:
– La hermana de mi mujer está casada con uno de Manresa.
Entonces se giró y dando por terminada la charla, continuó su trabajo tal y como hacia antes de que llegásemos.
Mi padre quedó un momento sin reaccionar, luego se rió a carcajadas, le dio unas palmadas en la espalda y se fue.
De “las cosas de mayores” que hubiese intrínsecas a esa conversación no tengo ni idea pero lo que si sé, supe al cabo de poco, es que esa “rara salida de tono” dio por zanjado lo que parecía un bucle infinito de palabras inútiles.
Luego fui probando y me di cuenta de que eso también funcionaba (si se hacia con seguridad) en otras situaciones: Con mis amigas. Con mi madre. Con mi hermano. (ya conté que de pequeña me aburría mucho 🙂 Estímulos )
Y de mayor (hace un par de años no más) me enseñaron en uno de tantos cursos formativos como asisto que esta es una técnica que sirve para muchas cosas y (de otras maneras más sutiles, quizás) se usa también en juegos de magia, trucos de mentalistas …etc.
Hacer un “patrón interruptor” asaltando con una idea, palabra, gesto.. fuera de lógica, deja nuestra mente en blanco durante unos segundos y nos permite re -direccionar ( si somos hábiles y rápidos) la atención del interlocutor. Si más no, interrumpirla, cortarla, cambiarla.
Sirve, y como todas las cosas que sirven con adultos, con los niños más.
Solo necesitas abandonar un momento el bucle (esos no es fácil), actuar con firmeza ser escueto y contundente. Presentando algo absolutamente diferente que realmente rompa el circulo vicioso.
Muy, muy, muy útil en las situaciones que no llevan a ninguna parte: Discusiones absurdas en las que nos vemos metidos y no sabemos muy bien como salir de ellas.
¿Queréis jugar? Probad.
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