Num 416. No soporto que llore.

Escrit el 22/10/2012 a les 13:40 § 0 comentaris

Para mí, el motivo fundamental para no dejar llorar a un bebé más de lo que sería razonable (tan razonable como el propio e individual nivel de tolerancia) es la construcción del botón.

La resistencia de la madre al llanto hace que se construya un botón  invisible, impalpable pero real. Que localizo sobre el estómago y en medio de las costillas y del que cuelgan miles de ramificaciones nerviosas y emocionales.

Cuantas más veces vivimos la situación angustiosa del llanto, más sólido el botón. Hasta que llega el día en que el botón es un potente interruptor que nos puede llevar al estrés de 0 a 100 en cuestión de segundos.

Es un pestaña interna, molesta y bloqueadora que se activará dándonos una dosis concentrada de lo que antes sentíamos después de media hora, ahora con el más mínimo suspiro de nuestro hijo. Ni será necesario que llore.

Cuando me preguntan, – ¿es bueno dejar llorar a los bebés? Siempre respondo que es tan bueno dejarlos llorar mucho como no dejarlos llorar nada.
En el equilibrio está el control. Pero no sólo en el equilibrio del niño sino, y sobre todo, en nuestro equilibrio. Evitando fabricar botones demasiado firmes que después cuestan penas y trabajos de inutilizar.

Es curioso como en algunos temas, como en este, centramos SIEMPRE  la atención en nuestros hijos y en aquello que les puede perjudicar o beneficiar sin tener en cuenta que NADA  les hará más bien que la estabilidad de los adultos que le protegen: Sobretodo y en especial,  la de su mamá.

 

 

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