Y son fiestas de nuevo y de nuevo vuelvo a tener momentos puntuales de angustia por NO poder comprar cosas que NO necesito. Curioso.
Por más que me lo trabajo todavía hay instantes de aturdimiento que no controlo. Instantes en que caigo en la trampa mental de buscar regalos inútiles. ¿Porque? No lo sé.
Busco regalos inútiles a buen precio. A la tuntún y de forma inconsciente hasta que me detiene la razón! Menos mal!
Regalos llamativos que envueltos hacen tan buena pinta, de los que se dan en Navidad y que por San Esteban ya son basura. De los que no devolvemos a la tienda porque «por lo que vale, no vale la pena». Parece mentira, cuantas absurdas contradicciones.
¿La excusa de mi yo compulsivo? Una rara y inmerecida compasión que me inspiran los niños. No todos, eh? Los míos; los niños. ¿Y entonces? Es por los niños. » Continuar leyendo «