La mayoría de adultos que conozco cuyos padres decidieron separarse cuando ellos eran pequeños, recuerdan especialmente el día que los dos les hicieron sentarse delante suyo para comunicarles la noticia.
Añadiré que, la mayoría de esta mayoría, no tienen archivado el momento como » un buen momento». Sino todo lo contrario.
¿Cuántas veces padre y madre convocan en sesión extraordinaria a su hijo ? ¿En qué ocasiones hacemos esto? Poneros en su piel . En la piel de los niños.
Si mis padres me hubieran avisado, ambos, para tener una charla en privado conmigo, lo primero que hubiera procesado mi mente sería » algo mal he hecho «. Porque, si me convocaron , quizás, diez veces a lo largo de mi vida infantil , siete de ellas fueron para amonestar me . ¿Soy yo un caso especial ?
No es difícil pues que el niño asista a tal reunión » especial» con un intrínseco sentimiento de culpa que luego terminará arrastrando en pequeña o gran medida dependiendo de como acontezcan los hechos .
Las cosas no son como pasan, son como las recordamos. Hay situaciones que no han de convertirse forzosamente en una tragedia, depende mucho de uno mismo. No olvidemos que incluso hay maneras de fabricar buenos recuerdos.
Sabéis mucho de mí a raíz de lo que escribo aquí en el blog, lo que quizás no os he explicado aún es que a parte de ser madre de 2 dos pares de mellizos, también soy una mujer recientemente divorciada. Felizmente divorciada .
Con esto tengo pues también mi propia experiencia más la experiencia de las otras madres y padres que anteriormente quisieron confiar en la maredebessons. De ellos, de lo que les sucedió a ellos, aprendí también mucho como hacer yo.
Desafiando el consejo de los profesionales, en ningún momento hemos sentado a nuestros hijos para hacerles saber nuestra decisión . A los pequeños me refiero, a los mayores, ya adolescentes, no tiene dicha, es otra historia .
Su padre y yo , hemos dedicado la energía sobrante a construirles tantos pequeños buenos recuerdos como nuestro propio estado de ánimo nos ha permitido. Hemos hecho lo que teníamos que hacer confiando en la gran capacidad de adaptación que tienen los niños. Hemos » normalizado» el trámite . Y así ha sido: Sorprendentemente , Ton y Martina empezaron a hablar de «la casa de mamá» y de «la casa de papá», ! inventaron ellos el término ! , Incluso antes de que hiciéramos ningún traslado.
Me equivocaré aún con mil cosas , seguro, seguro , y me quedan unas dos mil más sobre las que rectificar pero hoy, hoy estoy bien convencida de que haber evitado este mal trago a mis hijos, ha sido todo un acierto.
Hola Anna.
Jo crec en l’enorme capacitat d’adaptacio que tenen els nens. El problema es quan en moktes parelles que es separan, algu de tots dos no h’asumit la separacio
Quan passa aixo trasladan el problema als nens, els utilitzan per descarrega les seves frustracions, pero quan les parelles que es separan ho fan d’una manera «civilitzada», la naturalitat tambe es percebuda pels seus fills i no es in transval imporyant.
Al menys en la meva experiencia personal.
salut i formidable feina Anna
Hi estem d´acord Manel.
Hi ha qui diu que tots els nens volen que els seus pares siguin «novios». Jo dic que tots els nens, el que volen, es que els seus pares s´estimin. (siguin «novios o no») I, evidentment, que els estimin a ells.
El que passa és que tot plegat requereix per part dels progenitors, generositat, respecte i molta tolerancia, cosa no gens fàcil en una situació de trencament. Ho sé!!! 🙂
Gracies x llegir-me.