¿Que nos hace pensar que el hermanito mayor tendrá celos del bebé que acaba de nacer y que no debería tenerlo, por ejemplo, del teléfono?
Con el teléfono andamos todo el día abrazados, es ruidoso, nos ocupa, se nos descompone la cara si nos desaparece, le hablamos largo y tendido, le sonreímos, le susurramos, y aunque permitimos que otro lo toque, nunca lo compartimos sin cierto recelo.
Es bien curioso como damos por sentado algunas cosas y otras no.
Los celos entre hermanos existen pero yo tengo bastante claro que se gestan antes en nosotros mismos que en ellos.
Presuponemos, pero si estuviéramos dentro de su cabecita alucinaríamos descubriendo a quien o, tal vez a que cosa, ven realmente como competencia.
Cuanta razón! Y sino que se lo preguntes a mi peque,que aún no habla claro pero ya sabe decir «mama, molil no» (móvil no…)!