Num 453. A compartir se aprende.

Escrit el 23/03/2014 a les 20:52 § 0 comentaris

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A compartir se aprende.
Disfrutar compartiendo es un signo de madurez. ¿Porque? Porque no nacemos con esta actitud incorporada. La tenemos que aprender.

No. No tenemos innato este comportamiento. Y no lo tenemos porque no nos sirve para nada (de forma irracional, claro). El instinto de supervivencia más bien nos propone todo lo contrario, he aquí porque (de entrada) nos hace más feliz quitar que dar.

Tener, es sinónimo de riqueza, poder, seguridad. Lo contrario es antónimo, nos empobrece y nos desprotege.

Los niños no comparten generosamente y muchos adultos tampoco, probablemente porque estos adultos no aprendieron/aprendimos a compartir como deberían / deberíamos.

No. Los niños no comparten por naturaleza, normalmente, cuando lo hacen, lo hacen porque se les impone. Se les obliga. Y esta es la mejor manera para que no acaben entendiendo nunca que dar es recibir. De que se puede ganar, desprendiéndose. Difícil, eh? Incluso para los que ya hemos crecido. Pero es cierto: TODO LO QUE VA, VUELVE.

No nos damos cuenta pero a menudo usamos imperativos y expresiones que los confunden: “Compartid. Hay que compartir. Los niños que no comparten son feos. No me gusta que no compartas.”

¿Seguro que es eso lo que queremos decir? Yo creo que queremos que sean generosos, sobre todo, porque sabemos (o deberíamos saber) que es la mejor manera de que la vida sea generosa con ellos.

Los niños (y los no niños) no DEBEN compartir. Deben QUERER compartir, que es muy diferente. Por muchos motivos pero hay uno básico, y es que si NO quieren, aunque lo den, no comparten nada.

¿Cómo hacer con que aprendan a disfrutar compartiendo?

Conseguirlo requiere mucha mano derecha y paciencia. Uno de los caminos, es practicar antes con las cosas que no son materiales. ¡Hay bastantes oportunidades en nuestro hacer cotidiano! y para ellos no son (aparentemente) tan importantes. En estas pequeñeces subliminales, se siembran muchas semillas.

Otra atajo sería que, de una vez por todas, los adultos entendiéramos que dar es una opción que se debe elegir en libertad. Sin imposiciones, chantajes ni amenazas.
La recompensa se descubre con la experiencia.

Así es como lo veo yo.

 

 

 

 

 

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